La más grandiosa forma de dhiker es la recitación del Corán. Los primeros musulmanes pasaban toda la noche recitándolo. Al-lah los describió en Su Libro diciendo: {Solían dormir poco por las noches, y pedían perdón a Al-lah antes del despuntar del alba} [51:17-18]. Por la noche los sahabas recitaban el Corán y hacían du’as de la Sunna. Ellos no desperdiciaban sus noches en juegos, vicios o diversión mal sana. Abu Abdurrahman (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Aprendimos el Corán de gente que decía: ‘Cuando aprendíamos diez versículos del Corán, no nos apresurábamos a aprender otros nuevos hasta que aplicábamos estos diez en nuestras vidas. Por lo tanto, aprendíamos el Corán y actuábamos según lo que aprendíamos. Sin embargo, vendrán después de nosotros gente que tomarán el Corán como un sorbo de agua, pero que no pasará de sus gargantas (no llegará a su corazón ni a su comportamiento)” (Siar A’lam Annubala’, Vol. 4, p. 269).
En esta época, muchas personas se quejan de la dureza de sus corazones debido a su preocupación constante por esta vida mundana, y como consecuencia descuidan el recuerdo de Al-lah. En un hadiz de Abu Musa Al Ash’ri se relata que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “El ejemplo de aquel que recuerda a su Señor en comparación con el que no recuerda a su Señor es como el ejemplo de los vivos y los muertos”. En la narración de Muslim: “La diferencia entre la casa en la que el nombre de Al-lah es recordado y la casa en la cual no se Lo recuerda, es como la diferencia entre un vivo y un muerto” (Bujari 6407 y Muslim 779).
1. Al-lah recomienda a los creyentes que Lo glorifiquen mucho: {¡Oh creyentes! Tengan presente a Al-lah en todo momento, y Glorifíquenlo por la mañana y por la tarde} [Corán 33:41-42]. 2. Al-lah prometió perdonar a quienes Lo glorifican y darles una gran recompensa: {Al-lah les tiene reservado Su perdón y una gran recompensa a los musulmanes y las musulmanas, a los creyentes y las creyentes, a los piadosos y las piadosas, a los justos y las justas, a los pacientes y las pacientes, a los humildes y las humildes, a los que hacen caridades y a las que hacen caridades, a los que ayunan y las que ayunan, a los pudorosos y las pudorosas, a los que recuerdan frecuentemente a Al-lah y a las que recuerdan frecuentemente a Al-lah} [Corán 33:35]. 3. Al-lah nos advirtió sobre no ser como el hipócrita que rara vez recuerda a Al-lah: {Los hipócritas pretenden engañar a Al-lah, pero Él hace que ellos se engañen a sí mismos. Cuando se levantan para hacer la oración lo hacen con desgano, sólo para ser vistos por la gente, sin apenas acordarse de Al-lah} [Corán 4:142]. 4. Al-lah nos advirtió sobre prestar toda nuestra atención al dinero y a la familia y olvidarnos de Al-lah: {Cuando se les dice: “Vengan, que el Mensajero de Al-lah pedirá perdón por ustedes”, mueven su cabeza [en señal de burla] y los ves evadirte con soberbia} [63:9]. 5. Imaginen esta sublime recompensa: {Recuérdenme que Yo los recordaré; agradézcanme y no sean ingratos} [2:152]. Al-lah dijo en un Hadiz Qudsi: “Yo Soy como Mi siervo piensa que Soy con él, y estoy con él si se acuerda de Mí. Si él se acuerda de Mí en sí mismo, Yo también lo recuerdo en Mí mismo; y si Me menciona en un grupo de personas, lo menciono en un grupo que es mejor que ellos” (Bujari 7405 y Muslim 2675).
1. Abu Hurairah (que Al-lah esté complacido con él) narró que el Enviado de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Quien diga: ‘La ilaha il-lah Al-lah wahdahu la sharika lah, lahul Mulk wa lahul Hamd, wa huwa ala kul-li shai-in qadir’ (no existe divinidad salvo Al-lah, Único, sin asociados; Suyo es el reino y la alabanza y Él es sobre toda cosa Poderoso) cien veces al día, será como si hubiera liberado a diez esclavos. Además, se le registrarán cien recompensas y se le borrarán cien pecados, y estará, durante ese día, protegido contra Shaitán hasta que anochezca. Nadie hará mejor obra que la suya, excepto quien diga más que esto. Y a quien diga: ‘Subhan Al-lah wa bihamdihi’ (Glorificado sea Al-lah y Suya es la alabanza) cien veces al día, se le borrarán sus faltas, aunque fuesen tantas como la espuma del mar” (Bujari 3293 y Muslim 2691). 2. Abu Aiub narró que el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Quien diga: ‘La ilaha il-lah Al-lah wahdahu la sharika lah, lahul Mulk wa lahul Hamd, wa huwa ala kul-li shai-in qadir’ diez veces, tendrá una recompensa igual a la de liberar a cuatro esclavos descendientes del Profeta Ismael” (Bujari 6404 y Muslim 2693).
3. Sa’d Ibn Abi Waqqas narró: “Estábamos sentados con el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y él dijo: ‘¿Alguno de ustedes sería capaz de conseguir cada día mil hasanat?’. Le preguntó uno de los que estaban allí: ‘¿Cómo podría conseguir mil hasanat?’. Dijo: ‘Si dices Subhan Al-lah (Glorificado sea Al-lah) cien veces, te serán registradas mil hasanat, o te pueden ser borrados mil pecados’” (Muslim 2698). 4. Abu Hurairah narró que el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “A quien diga: ‘Subhan Al-lahi wa bihamdihi’ (Glorificado sea Al-lah y Suya es la alabanza) cien veces al día, se le borrarán sus faltas, aunque fuesen tantas como la espuma del mar” (Bujari 6405). En otra narración el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Nadie vendrá con una obra mejor el Día del Juicio que aquel que diga cien veces al día: ‘Subhan Al-lahi wa bihamdihi’ (Glorificado sea Al-lah y Suya es la alabanza), excepto quien también lo haya dicho o haya hecho más” (Muslim 2692).
Los hadices acerca de las virtudes del dhiker son numerosos. Entre ellos tenemos el de Abu Musa Al Ash’ari, quien narró que el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) le dijo: “¿Quieres que te informe sobre uno de los tesoros del Paraíso? Que digas: ‘La hawla wa la quwwata il-la bil-lah’ (no hay poder ni fuerza, excepto con Al-lah) (Bujari 4202 y Muslim 2704).
Abu Hurairah narró que el Mensajero de Al-lah dijo: “Decir: ‘Subhan Al-lah wal hamdu lil-lah wa la ilaha il-la Al-lah wa Al-lahu Akbar’ (Glorificado sea Al-lah, toda la alabanza es para Al-lah, no hay fuerza ni poder sino en Al-lah, no hay dios sino Al-lah, Al-lah es el Más Grande), es más querido para mí que todo lo que alumbra el sol” (Muslim 2695).
Pedir el perdón de Al-lah es un tipo de dhiker. El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “A veces percibo un velo sobre mi corazón, y suplico a Al-lah su perdón cien veces al día” (Muslim 2702). Este era el comportamiento del Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), y nos instó a pedir perdón. Muslim registró de Al Agarr que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Oh gente, arrepiéntanse ante Al-lah, porque yo me arrepiento ante Al-lah cien veces al día” (Muslim 2702). Al Bujari reportó de Abu Hurairah que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Juro por Al-lah que suplico Su perdón y vuelvo a Él arrepentido más de setenta veces al día” (Bujari 6307). Por esto, el siervo no debe ser negligente con su arrepentimiento. Finalmente, voy a concluir este libro con un dhiker que Al Bujari terminó su libro Sahih y con el cual Ibn Hayar terminó su libro titulado Bulugh Al Maram: Abu Hurairah relató que el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Existen dos frases de alabanza muy fáciles de decir que pesan (enormemente) en la balanza y son (muy) amadas por el Misericordioso: ‘Subhan Al-lahi wa bi hamdihi, subhan Al-lahi Al Adhim’ (Glorificado sea Al-lah y Alabado sea, Glorificado sea Al-lah el Grandioso) (Bujari 6406 y Muslim 2694). Alabado sea Al-lah por Cuya gracia toda buena obra se concreta exitosamente.